Siempre he tenido el conflicto interno entre mi necesidad de ayudar a los más necesitados y mi incredulidad con respecto a las ONG. Nunca puedes estar seguro al 100% de que realmente el dinero que donas va a parar a los más necesitados, o si solo servirá para los gastos de publicidad de dicha ONG, o peor aún, para hinchar los bolsillos de algunos espabilados. Aún así, he estado muchos años colaborando con diversas organizaciones no gubernamentales, teniendo fe en que mi dinero serviría de algo.
Por suerte, yo no era el único que tenía ese conflicto y apareció Kiva, que soluciona todos esos problemas gracias al sistema de microcréditos de particular a particular. Me pareció fascinante poder elegir a la persona que iba a recibir mi dinero. A partir de ahora, yo decido si quiero ayudar a Luis Alfredo de El Salvador a comprar unos cerdos para su granja, o si prefiero dárselo a Sharofat de Tajikistan para apoyarla en su negocio de cortinas, o si elijo financiarle los estudios en la Universidad Tecnológica de Azerbajan al joven Sahib… En definitiva, poder ayudar a una persona real, con nombre, apellidos, cara, sueños…
Además, como no es una donación, sino que son microcréditos, lo que realmente fomentamos es la creatividad, el trabajo y el emprendimiento de la gente, dándoles la oportunidad de hacer sus sueños realidad y conseguir que salgan ellos y su país de la pobreza.
Nosotros hemos creado un equipo al que puedes unirte aquí si te das de alta en Kiva. Entre todos, podremos apoyar a muchos más emprendedores. Anímate! la primera donación es gratuita!